Bosque de Esculturas es una instalación de David Magán que puede visitarse en la Galería Canalejas de Madrid hasta el 3 de abril de 2025. Se trata de una propuesta efímera diseñada específicamente para este espacio por encargo de The Partners, consultores de arte.
La instalación cuenta con siete tótems de metacrilato que, aunque individuales, forman un conjunto que reconfigura el espacio y sugiere nuevas perspectivas. La luz en su tejerse con los distintos módulos de color invita al espectador a explorar el espacio de manera activa, creando una experiencia sensorial dinámica.

Mutabilidad permanente
Los distintos módulos de color mediante los que se construyen las esculturas en combinación con la luz del ambiente devienen un elemento estructural que activan otras percepciones del espacio. Cada tótem se compone de piezas translúcidas, creando vibraciones cromáticas que varían según la luz y la perspectiva del espectador. Esta interacción basada en la modularidad, hace de cada escultura una pieza de un sistema en constante relación.
Está concepción hace de Bosque de Esculturas el lugar de la mutabilidad permanente ya que los distintos módulos se intensifican y se mezclan a través de la luz. El entorno cambia con la luz y el color, activando nuevas perspectivas y permitiendo que cada espectador cree un espacio único de interacción.

Transparencia serendípica
En Bosque de Esculturas la transparencia del metacrilato y la interacción con la luz generan una experiencia en constante transformación. Desde lejos, las esculturas se perciben como un mosaico vibrante que inunda el espacio con color, pero al transitar entre y alrededor de ellas, la materialidad se diluye y deja paso a un juego continuo de reflejos lumínicos.

Este fenómeno no solo altera la percepción del espacio, sino que también genera un juego de superposiciones donde no solo el entorno sino también el reflejo de los cuerpos forma parte del juego cromático. Transitar Bosque de Esculturas ofrece una experiencia serendípica: las formas se transforman y recomponen, revelando conexiones inesperadas entre espacio, obra y cuerpo del espectador.

Habitar el color lumínico
El juego de color lumínico que propone Magán en esta instalación pone en el centro la experiencia del espectador generando un proceso de descubrimiento constante. El entretejerse de transparencia, color y luz permite que el entorno y quienes lo habitan se re-constituyan, generando nuevas capas de percepción y significados que emergen y se disuelven con cada contemplar.
La instalación funciona como un laboratorio de experiencia, donde la relación entre cuerpo, luz y espacio se construye y renueva en un presente continuo. La obra invita a habitarla, a sentirla física y emocionalmente y a reconocer en ella un reflejo del propio estar en el mundo. En este juego de color lumínico y transparencias, el espectador no solo observa, sino que participa activamente en la creación y el habitar un espacio compartido.
Fotografía: Estudio David Magán y Javier López-Dóriga.




